La manera en la que jugó el tandilense fue demoledora, Rafael Nadal en ningún momento pudo cambiar el rumbo del encuentro que terminó con un contundente 6-2, 6-2 y 6-2. Nadal se encontró con un Del Potro imparable en todas sus líneas, en los momentos claves nunca erró y eso hizo que el español muestre un grado de impotencia que ni siquiera su entrenador sabía como sacarlo de ese pozo.
Este fue el mejor partido que se le vio jugar a Juan Martín, no dio tregua en ningún instante porque se sabe que a este tipo de jugadores no hay que darle posibilidad de resurgir ya que son de un nivel tan alto que tienen la capacidad de remontar cualquier marcador adverso.
Sin duda este triunfo invita a soñar con que nuevamente un argentino vuelva a ser campeón de un Grand Slam. Del Potro ha demostrado una solidez y una madurez para este tipo de enfrentamientos que es admirable y que cada día sorprende menos porque ya es una realidad lo de este joven jugador que en un futuro no muy lejano va a estar luchando por quedarse con el número uno del mundo.
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