Finalmente se logró la tan ansiada clasificación al mundial para Argentina, muy sufrida y jugando un fútbol poco vistoso, con planteos extraños y colocando a jugadores en posiciones en donde nunca habían jugado.
Esta última fecha de eliminatorias fue positiva porque se obtuvieron dos victorias que nos hicieron ingresar a Sudáfrica 2010, pero el rendimiento no fue el mejor, no hubo demasiados cambios con respecto a los partidos anteriores en los que el equipo en los primeros quince minutos parecía que se iba a llevar al rival por encima, atacando, presionando y teniendo claras chances de gol. Pero esas ganas se fueron diluyendo rápidamente, tanto que en el segundo tiempo llegar al arco contrario fue toda una hazaña.
Los partidos en la era Maradona siempre fueron iguales, un equipo que no tiene una estructura fija de juego, con demasiada rotación de jugadores, no dejando que ninguno se pueda afianzar en su puesto excepto casos como el de Javier Mascherano y Lionel Messi que han sido intocables para el técnico.
El gran problema que tiene Argentina es que no tiene un líder que sepa ponerse el equipo al hombro y así poder realizar buenos desempeños. Ese liderazgo se busca en Lionel Messi, el mejor jugador del mundo para muchos, pero en los partidos se lo ve perdido, parece como si no disfrutara jugar en la Selección, no esta en su nivel y alguien así nunca puede ser un guía. Algunos dicen Juan Sebastián Verón que llevó a Estudiantes de La Plata a ganar la Copa Libertadores de América este año, pero tampoco ha mostrado buenas actuaciones y las lesiones también lo han marginado. Habrá que seguir buscando, en el Mundial deberá aparecer porque si se continúa jugando así el papel que haremos en el torneo no será el mejor.
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